Martes 16 de diciembre. Quedan
nueve días para la Navidad, para los que lleven la cuenta atrás. Algunas – las
estudiantes – ni nos damos cuenta de esto quizá, de tan llenas de trabajos y
exámenes. Pero hoy los vamos a olvidar un poco, los marginaremos (aunque mañana
tengamos alguno y luego tendremos que trasnochar).
Hay caras nuevas en frente del
comedor, nos vamos presentando todas a medida que llegamos, y comentamos el
modelito de fulanita y el peinado de menganita. Fa goig, que se dice por aquí. Seguimos esperando. Nos comunican
que ha habido problemas con el vestido de Pepita, que la cremallera… entramos
en el comedor, ya bajará cuando lo tenga solucionado, y mientras tanto vamos
tomando puestos.
Los plateados y azules de la
decoración combinan con los azulejos de las paredes, lo habrán hecho adrede,
estoy segura. Aquí la gente piensa en todo. La mesa está a rebosar de velitas
curiosas que flotan en una copa de aceite líquido y agua. Cualquier diría que
estamos en una macro cena romántica. Ha habido un incidente con una de las
velas, que ha quemado el papel que tenía de decoración. Ningún herido, por
suerte. Las soperas – del primer plato – van pasando de mano en mano. Sopa de galets, muy típica de Navidad.
Se bendice la mesa pomposamente y empezamos a comer. También empezamos a hacer
fotos. Algún flaix se escapa de vez en cuando y si no vas con ojo te pillan con
careto mientras masticas un pedazo de pan, que por cierto, estaba muy bueno.
Por fin aparece la del vestido y la
colaboradora detrás. Voy a obviar los detalles del episodio, pero la chica ha
venido finalmente con pantalones. Nos debe aún un pase de modelos con vestido,
¡que queremos verla!
Llegan los pavos del segundo, los
platos pasan de mano en mano y se van llenando; de acompañamiento una mansana (como pronuncia una) al horno.
También las botellas de cava que ha proporcionado el novio de una de las
residentes. El mejor cava de todos,
nos dice. Qué va a decir. Pero está bueno, lo he probado un poco.
Y del segundo pasamos al postre, unos tions muy… realistas, con una capa de fondant encima. Los van
serrando con los cuchillos de cortar el pan, que afilaron hace poco y cortan
que no veas (la de accidentes que ha habido en la última semana). Los tions hasta tienen cara. Está hecha de
galleta y detalles de fondant: queda un poco bruto decirlo así tal cual, pero
le arrancamos los ojos y la nariz para comérnoslo, y luego la cara y la
barretina roja se parten pedazos.
Recogemos, pero en breves anuncian
el estreno del vídeo de una de las residentes. Llego al cuarto de estar y veo a
cuatro o cinco, con la música de antes
muerta que sencilla, bailando. Paso disimuladamente, no fuese que me
cazasen para bailar. Cuando la gente se ha sentado por fin, corren los platos
llenos de turrones, como si nos hubiésemos quedado hambrientas después de tal
cena. Le dan al play y con las primeras notas de Humanos de Marte aparece la primera foto. Y a partir de ahí se van
sucediendo las instantáneas una detrás de otra. Hay algunas importantes, que yo
pondría en este blog. Nos echamos unas risas – por las fotos, no por el cava
que hayamos podido beber – y señalamos cada jeta curiosa que sale. Hay alguna
que merecería algún premio internacional, porque lo parte.
El vídeo termina con un aplauso
largo, bien merecido. Propongo que se cuelgue en el blog, recuérdame que lo
comente con la administradora. Y, cómo no, una sesión de fotos ante un
photocall. La ocasión lo ha merecido.
¡Feliz Navidad a todos!
Montse VM.
¡Feliz Navidad a todos!
Montse VM.